Igoumenitsa es una ciudad bastante joven, por lo que no hay muchos monumentos históricos y arquitectónicos aquí. Hay una razón para eso: la ciudad fue destruida casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez que la guerra terminó, Igoumenitsa fue literalmente reconstruida desde cero. El Monasterio Ragiou es el único punto de referencia en la ciudad que ha logrado sobrevivir hasta la época moderna. El magnífico edificio de estilo bizantino está ubicado en una colina alta que también ofrece una fabulosa vista panorámica de la ciudad. Las paredes del monasterio están decoradas con frescos que fueron creados hace varios siglos.
Igoumenitsa es famosa por sus puntos de referencia naturales, e incluso los años desastrosos de la guerra no podrían hacerlos menos atractivos. Un paseo por el río Thyamis será emocionante y refrescante. La belleza de esta zona siempre ha inspirado a numerosos pintores y personas del arte. Los fanáticos del entretenimiento acuático generalmente disfrutan visitando la playa de Dhrepanon, así como la cercana ciudad de Sayiadha, que también es famosa por sus playas pintorescas y cómodas. Igoumenitsa es un verdadero paraíso para todos aquellos interesados en lugares silenciosos y sin problemas. Como regla general, los turistas prefieren no quedarse solo en la ciudad y visitar las regiones vecinas. No muy lejos de Igoumenitsa, hay muchos pueblos y asentamientos pequeños, cada uno de los cuales tiene monumentos únicos que ofrecer a los viajeros curiosos.
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