No podemos dejar de mencionar la famosa puntualidad alemana, los locales no son una excepción en este sentido. Mentir o llegar tarde significará profundos dolores de conciencia. Sin embargo, esto parece algo de ciencia ficción. La pasión por el orden, el miedo al cambio, la propensión a planear todo y todo, y el perfeccionismo son algunos de los rasgos más importantes de la gente local. Son conocidos por su sencillez, olvidando a veces que la verdad puede herir fácilmente a una persona sin preparación. Y no debemos culparlos por eso, esto está en su sangre.
Hay pocos dialectos en la ciudad, sus oradores se encuentran principalmente entre la generación anterior. Fueron suplantados por el idioma tradicional del alto alemán, por lo que no sería difícil entender a la gente local. La cocina local es famosa por su sencillez y nutritividad al mismo tiempo. Algunos de los platos locales que deben probarse al menos una vez en la vida son el arenque frito, los panqueques de papa, los frijoles cocidos, el jamón de Westfalia, el repollo guisado, las salchichas, el asado del Rin, la carne de res marinada, el pan de centeno (pan de centeno ligeramente dulce). Por supuesto, la bebida favorita es la cerveza, aunque aquí también se valora el vino.
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