Además de lo anterior, la capital de Portugal presenta varios buenos museos más, gracias a los cuales el conocimiento de la cultura y la historia locales será muy fructífero. Estos incluyen el Museo Nacional del Azulejo, donde puede aprender todo sobre la cerámica tradicional portuguesa Azulejo y la fabricación de productos cerámicos. El Museo Nacional de Etnología familiarizará a los visitantes con los pueblos que habitaron el país en un momento u otro, y el Teatro Romano habla sobre los antiguos tiempos romanos en la historia de la ciudad. De interés para los turistas es el Museu Nacional de História Natural e da Ciência que ocupa un edificio arquitectónicamente hermoso. Aquí puede aprender mucha información nueva sobre la evolución de las especies y los inventos científicos.
En el Museu da Musica, puede encontrar una maravillosa colección de instrumentos musicales que se han tocado en siglos pasados. Cada uno de ellos se describe hasta el más mínimo detalle. Otro museo, el Reservatorio da Patriarcal, lleva a los turistas a los túneles subterráneos donde alguna vez se ubicó el sistema público de suministro de agua. Su edificio desempeñó su función principal hasta la década de 1940. Uno no puede dejar de mencionar que el Museu do Fado presenta a sus visitantes la música tradicional de Portugal y así comprende mejor la cultura local multifacética. El Museu Calouste Gulbenkian es una especie de símbolo de Lisboa. Esto es imprescindible independientemente de la actitud que uno tenga hacia el arte (conserva una colección de obras de arte fino y escultórico).
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