Una de las medidas más brillantes ya hace mucho hay una corrida de toros, observar los combates cautivadores siempre se reúne la cantidad enorme de los espectadores. Las competiciones, que es aceptado pasar en la Braga, se consideran más suave y humano, que la corrida de toros, que se puede observar en los estadios de España. A muchos la Braga se junta, en primer lugar, a la abundancia de los vinos y las mejores clases del oporto, que invitarán a encargar seguramente en cada restaurante y el bar. El oporto se queda al recuerdo más popular, que los viajeros adquieren de la memoria del viaje. En las regiones suburbanas crían algunas decenas de las clases de la uva, y de cada uno los vinicultores expertos pueden hacer las clases más distintas de los vinos. Tanto como hace unos siglos, durante la excursión por las regiones suburbanas los turistas pueden ver las haciendas lujosas de los barones presentes "de vino". El hecho es que muchas familias se ocupan de la producción de la vino ya muchos siglos, entregando la experiencia de generación a generación.
La cultura gastronómica de la Braga tiene también una multitude de rasgos interesantes. A pesar de la abundancia de los restaurantes y la cafetería, que en la ciudad se puede descubrir literalmente a cada paso, los gastrónomos prefieren salir para la comida a las panaderías conventuales. Los conocedores de la cocina afirman que las golosinas, que preparan en los monasterios locales, simplemente fantástico. Sus nombres inconfundibles "celestiales" hacen los platos aún más original, los cocineros conventuales son a los rivales dignos de los cocineros de muchos restaurantes elegantes.
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