En unos años Paphos se convirtió de una ciudad tranquila en un balneario grande y prestigioso, lleno de curiosidades y atrayente con su magnífica e inolvidable naturaleza. Está abierto el año entero, el mar permanece cálido, hace sol y casi no hay viento.
Uno tendría que empezar a conocer esta ciudad con sus monumentos históricos y culturales, uno de los cuales es Pafos Medieval Fort. Fue construida bajo el dominio de Alejandro Magno y servía de fortificación. Entre otras curiosidades se tiene que destacar las que están en la lista de la UNESCO, ante todo la Ciudad Antigua de Nea Paphos. En este territorio se preservaron construcciones romanas, adornadas por preciosos mosaicos. Todavía se puede divisar aquí las ilustraciones de los mitos más conocidos, enlosados en el suelo y paredes por guijarro multicolor.
Sin falta hay que participar en la excursión por uno de las necrópolis más antiguos que se llama el Sepulcro de los Reyes. Aquí se efectuaban enterramientos aun en el siglo III A.C. El Museo Bizantino es una de las instituciones culturales más visitadas, aquí se expone una colección magnífica de iconos, pintados en los siglos XII-XVIII. El museo etnográfico de Eliadis le dará a conocer el modo de vida de los nativos, muchas muestras pertenecen al período neolítico. El museo arqueológico de Paphos le presentará los hallazgos inapreciables de arqueólogos, aquí hay colecciones de instrumentos de trabajo, vajillas y artículos de cerámica.
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