La ciudad cuenta con una gran variedad de curiosidades y tradiciones, Osnabruck no va a dejar frío a ningún viajero, que a cada paso le esperan sorpresas y cosas divertidas.
Los restos de la muralla circunvecina, el Ayuntamiento y el Castillo traen recuerdos de la historia de esta ciudad. Fueron construidos a mediados del siglo XVII y guardan cuidadosamente la memoria de los eventos más considerables de Osnabruck. En la zona central Ud. podrá pasear por unas callejuelas antiguas que preservan el esplendor de lo romántico de la Edad Media.
Aparte de un surtido amplio de museos y teatros, restaurantes, cafeterías y tiendas, la ciudad es famosa por sus festivales y fiestas que se dan aquí casi cada mes. Una de las fiestas favoritas de los ciudadanos es la feria de primavera. Los comerciantes de todo el país se reúnen en Osnabruck, en ninguna otra ciudad encontrará Ud. tanta abundancia de mercancías. Cuando se termina la feria, enseguida llega la llamada semana del mayo. Por doquier se abren cafeterías, tocan los músicos, bailan, la gente se divierte hasta la noche profunda y así todo continúa durante unos siete días.
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