Kalmar es una ciudad con una rica historia. En el pasado, jugó un papel importante en la protección de la región de los invasores extranjeros. Kalmar también fue un importante centro de comercio porque la ciudad era una puerta de enlace de transporte popular en el transporte marítimo. Hoy en día, esta es una ciudad relativamente pequeña con una población de poco más de treinta mil personas. El glorioso pasado militar ha impactado el carácter de la población local. Están muy orgullosos de su ciudad natal y tratan de cuidarla. Esta es la razón por la cual Kalmar es tan limpio y ordenado. No hay basura en las calles, todos los patios tienen lindas decoraciones y las casas antiguas están cuidadosamente restauradas.
Precisión, escrupulosidad y tranquilidad se encuentran entre los rasgos principales del carácter nacional de los suecos. Tal vez, podría considerarlos demasiado moderados y un poco aburridos, pero estas son personas cordiales que son amigables y comprensivas. Siempre están listos para ayudar y responder todas las preguntas. Pero al tratar a otros, incluidos los turistas, con tolerancia y cortesía, los residentes de Kalmar esperan que otros los traten en consecuencia. Detestan el ruido y las discusiones ruidosas en las áreas públicas, así como la falta de respeto a cualquier grupo de personas. Todos son iguales en Suecia. La puntualidad es una característica clave aquí: los suecos no pueden soportar que alguien llegue tarde.
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