La materia principal de este tratamiento étnico sigue siendo salsas. Para cocinar las salsas los cocineros recogen los mejores vinos y especias francesas. El pato se sirve con manzanas al horno y apio. Cada cocinero trata de preparar este plato étnico siguiendo una receta única y especial para dar al plato un sabor inimitable. Los cocineros que han alcanzado la perfección genuina en la preparación de este tratamiento étnico se recompensan con una orden especial llamada "L'ordre des Canardiers" que se considera entre cocineros locales para ser una de las recompensas honorarias más culinarias del arte.
Otro símbolo de la gastronomía de la ciudad son las manzanas. La fruta se añade a los platos de carne, postres deliciosos y un montón de bebidas nappy. Los turistas más jóvenes apreciarán el zumo de manzana de la producción local que se sirve casi en cada restaurante y café. Los adultos deben probar el vino de manzana local. Muchos turistas optan por esta bebida étnica como recuerdo memorable. Adictos dulces les encantará el chocolate de la producción local. El chocolate es un ingrediente secreto de la mayoría de los postres dando a los dulces su sabor inimitable.
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