Es una de las ciudades más antiguas y pintorescas del país, fundada a principios del siglo XIII. Debe su nombre al río Timis, a orillas del cual aparecieron los primeros asentamientos. La llaman a menudo “pequeña Vena” a causa de gran cantidad de construcciones antiguas del estilo barroco. Arquitectura brillante, historia rica y excelente infraestructura hicieron Timisoara más atractiva para los viajeros. La visita empieza desde la plaza central de Urini, rodeada por hermosos edificios medievales. La catedral católica fue edificada a principios del siglo XVIII y ahora embellece la plaza. Sus decoraciones exuberantes del estilo barroco reflejan las tradiciones de la arquitectura medieval. Al lado se ubica un templo ortodoxo con una valiosa colección de iconos. La mejor representación de la arquitectura gótica es el castillo Huniado, ubicado en una colina. Fue construido en el siglo XV y durante largo período servía de residencia para el famoso jefe militar Yanku de Hunedoara. En 1854 el castillo fue dañado mucho a causa de un incendio, pero fue restaurado luego y hoy día en sus salas está abierto el museo de la provincia Banata. Es el museo más antiguo de Rumania, aquí se exponen colecciones de muestras históricas y objetos de arte, hay salas de ciencias naturales y etnografía.
Uno de los sitios más románticos es el parque de Rosas, el que está en plena hermosura en temporadas cálidas. Cuenta con unas centenas de especies de rosas, en verano este parque se rellena de sabores preciosos, emanados por unos millones de flores. Los paseos por parques pintorescos y la visita de curiosidades se pueden variar con restaurantes, donde le servirán platos tradicionales rumanos. A turistas les atraen también los bazares y nuevos centros comerciales, situados no lejos del centro de la ciudad.
Leer más...