El Templo de Zeus. Aproximadamente a 500 metros al sur de la Acrópolis nos encontramos con el Templo de Zeus Olímpico o el Olimpieon. Tardaron varios siglos en construir el templo y este no fue terminado hasta el siglo II en el reinado del emperador romano Adriano, gran admirador de la cultura griega. Para la época el templo se convirtió en el más grande de toda Grecia, con sus 96 m de largo, 40 m de ancho y adornado con 104 columnas corintias de 17 m de altura de las cuales hoy en día se conservan en su totalidad 15 y una más esta semidestruida por una gran tormenta del año 1852. Aún antes de que la construcción del templo haya sido terminada, 2 de sus columnas fueron retiradas por el general Sulla y llevadas a Roma para colocarlas en el Templo de Júpiter lo que convirtió el estilo corintio en un estilo de moda en Roma.
El emperador Adriano consagró el templo a Zeus, padre de todos los dioses olímpicos. Adriano mandó colocar en el templo dos estatuas, una de Zeus, adornada con oro y marfil y otra del mismo emperador que la igualaba en tamaño. En la cercanía del templo fue construido un Arco de Adriano de 18 m de altura que separaba la nueva Atenas de la antigua y que simbolizaba el poder del emperador. En la cara que da a la Acrópolis está tallada la siguiente inscripción: “Aquí está la antigua Atenas, la ciudad de Teseo” y en la cara opuesta puede leerse “Esta ciudad no es de Teseo, sino de Adriano”.
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