Neuschwanstein, Alemania

Hay que notar que el dialecto nacional también es bastante peculiar y original. Llegando a uno de los mercados de Garmicsh un turista que habla perfectamente alemán no va a entender ni la mitad de palabras de la conversación de comerciantes locales. Las costumbres de los nativos también son bastante originales, pero lo más esencial es que son firmes. Pidiendo una porción de salchichas de Bavaria como adición a la cerveza, los nativos sin embargo empezarán a comerlas con las manos. Eso no será una señal de educación mala, sino un tributo a la tradición que dice que la colación nacional “Wissewursht” (salchichas blancas) se come sólo con las manos. A los turistas extranjeros que intentan de cortar “Wissewursht” con cuchillo o pegar al tenedor, los nativos los miran como a los vándalos.

Al mismo tiempo no se puede llamar a los nativos conserdadores convencidos. Ellos facilmente se despiden de cosas favoritas, pueden cambiar trabajo frecuentemente o conocer a nueva gente. El trato trémulo de ellos se sigue sólo a su cultura y tradiciones. Mejor modo de conocer a las tradiciones locales es visitar las fiestas nacionales, cada una de las cuales será muy interesante para los turistas extranjeros.
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