La localización muy afortunada de esta ciudad la hizo la más cálida y pintoresca en la costa de Turquía. Como cualquier ciudad antigua, Antalya, aparte de las playas, ofrece a sus visitantes un gran surtido de rutas turísticas y excursiones.
Una de las instituciones más visitadas es el Museo Arqueológico, abierto en el año 1972. En sus salas se guardan unos hallazgos muy valiosos, encontrados durante las excavaciones de los siglos XVIII-XX. Antes estas muestras se preservaban en la mezquita Yivli y ahora disponen de una decena de salas vastísimas. La construcción más curiosa de Antalya es la Torre Hadarlak que se construía en la época de los romanos. Según un punto de vista de históricos, fue elevada como una fortificación, según el otro, como un antiguo faro. Una enorme piedra cuadrada que yace adentro provoca sospechas de que la torre funcionaba como sepulcro de un gran gobernador, porque la piedra está muy parecida a una lápida.
El símbolo de la ciudad sigue siendo el minarete Yivli de 38 m de alto. Fue elevado en el siglo XIII, parece un suntuoso palacio, rodeado por la zona verde y muy florida. Hablando de la naturaleza hay que señalar el parque Karaaliogla, sus paisajes recuerdan los cuentos de hadas. Mandarineros que exhalan un olor excelente, magníficas esculturas y fuentes crean una atmósfera romántica inolvidable. El parque es muy visitado por parejas de enamorados, es el mejor lugar para pasear de noche y descansar solos. Entre estas bellezas no se puede sino mencionar la cascada Duden, la que cada uno tiene que visitar. Una cascada que cae desde los peñascos altos es algo fascinante, se puede mirarlo horas y horas.
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