La segunda parte de la ciudad (Basilea Pequeña) se une con el centro histórico con un cable de alambre, a lo largo del cual hace el recorrido un pontón flotante. El movimiento se efectúa exclusivamente a expensas de la fuerza de la corriente, por eso este medio de transporte no daña la ecología. Basilea pequeña está famosa por los numerosos museos , entre ellos, Museo de la historia natural, el museo Suizo nacional y el Museo de las culturas merece atención especial. El primero le presentará la colección más rica de los minerales, y el Museo de las culturas dará la posibilidad de admirar las obras con pintorescos paisajes alpinos de Gruyere y Appenzell.
La artesanía principal, aprendida por los ciudadanos aun en el siglo XV, es la producción de papel. Los visitantes de la ciudad pueden llegar a saber más sobre el arte artesano en el barrio San-Alban, donde hasta hoy en día se han conservado las tiendas artesanas medievales . Aquí está ubicado el Museo del papel, cuya colección incluye los artefactos básicos y documentos que narran sobre el trabajo de los primeros artesanos.
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