Uno de los grandes monumentos está dedicado a los fundadores de la ciudad – Vasily Tatischev y Wilhelm de Hennin. Son ellos quienes propusieron llamar el complejo industrial y la fortaleza al lado con el nombre que conocemos hoy día. La parte más vieja de Ekaterimburgo es el jardín histórico, donde otrora se situaba la primera fábrica. La gran parte de monumentos fue instalada después de la Gran Guerra Patria, los más remarcables son la plaza del Ejército Soviético, la Casa Distrital de oficiales y el museo de historia del distrito militar de Ural. Aparte de las muestras históricas, guardadas en las salas del museo, el patio interior es también de mucho interés. Aquí hay ejemplares de técnica que tenía en armamento el ejército soviético.
la mayor parte de monumentos está relacionada con unas histórias cómicas, los nombres hablan por sí mismos: el monumento a un fontanero “Afonya”, el monumento al hombre invisible y la cápsula de tiempo. Hace poco inauguraron un monumento en honor del teclado de ordenador, se llama “Klava”, así es el nombre popular derivado de la palabra “Klaviatura” (“teclado”). Entre otros atractivos hay que señalar varias iglesias antiguas (la capilla de Santa Catalina y la catedral de Santa Trinidad), construidas en los siglos XVIII-XIX. En Ekaterimburgo hay un montón de exposiciones y museos, así que cada día de su estancia allí con un programa único e interesante o con una excursión le traerá unas emociones verdaderamente positivas.
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