Conforme a lo mencionado anteriormente, los habitantes autóctonos se destacan por su máximo respeto hacia el cuidado del medio ambiente y es por eso por lo que los visitantes deben mostrar en todo momento una actitud respetuosa y no alterar en ninguna medida la armonía natural. Los habitantes locales son muy amables y serviciales y eso viene siendo uno de los motivos del éxito de Ámsterdam como capital turística. Uno de los símbolos de Holanda es el tulipán y cada abril en Ámsterdam pasa la ceremonia de la solemne reapertura de las puertas del parque Keukenhof que se convirtió en una de las favoritas y más esperadas fiestas nacionales. Cada año en este precioso parque se plantan varios millones de tulipanes y en primavera Keukenhof es una explosión de colorido del arco iris. En el periodo de abril - mayo en la ciudad se celebran coloridas ferias de flores y al final del verano los floristas organizan una gran liquidación de bulbos a la que asisten profesionales del sector de todo el mundo.
Otro de los rasgos más característicos de Ámsterdam es la abundante presencia en la calles de bicicletas. Muchos habitantes de la ciudad escogen el transporte a dos ruedas movidos por sus creencias, demostrando así una vez más su afán de cuidar el medio ambiente; otros en cambio simplemente persiguen huir de las interminables colas que pueden durar horas. Cada edificio público está obligatoriamente dotado de un gran parking para bicis, y aún así en ellos no siempre es fácil encontrar el hueco.
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