No muy lejos de la curiosidad principal se ubica el Palacio del Arcipreste, rodeado por un hermoso y vasto jardín. Aparte de preciosas salas, es el cedro del Líbano el que merece la atención de viajeros, es de 33 metros de altura. El árbol fue plantado hace doscientos años y enseguida después de la construcción del palacio.
La parte más ruidosa de la ciudad es la plaza Plumereau con varios restaurantes que la rodean. Siempre está llena de turistas, a los que atrae no sólo la cocina francesa tan exquisita, pero también el esbelto edificio de la Basílica de Saint Martin. Fue testigo de importantísimos eventos históricos, la gran parte está reflejada en los frescos que adornan las salas.
Tours es un gran centro universitario, aquí estudia la gente de todo el mundo. Lo que gran parte de la población es joven se reflejó en la vida de la ciudad, hay bastantes clubs, cafeterías y cine, hay de todo para entretenerse. Una variedad así de diversiones alegrará a todo turista y le causará sin duda una impresión positiva.
Leer más...