La ciudad se sitúa en el corazón de Francia, es un conocido balneario playero, la ciudad de mimosas y sol ardiente. La gracia de esta ciudad es en sus fantásticos jardines, sus vastos boscajes de limoneros y naranjos, palmeras y raras plantas tropicales. El clima subtropical húmedo y suave va muy bien para estas plantas, por esto la mayor parte de las afueras está ocupada por la zona verde.
Debido a que en la ciudad hay plantaciones de rosas, es el centro de la fabricación de perfumes y óleos etéreos. En febrero aquí se da una celebración muy peculiar, el desfile de limones, justamente en este tiempo se organiza la recolección. Aparte de la visita de parques y jardines pintorescos, los huéspedes pueden conocer las múltiples curiosidades del lugar, las principales se ubican en la zona vieja.
Ante todo hay que señalar la iglesia San Miguel, un edificio exuberante del estilo barroco. El patio interior está decorado por un magnífico mosaico de guijas. La iglesia sirve para la organización del festival anual de música, donde se dan conciertos de la orquesta de música de cámara. Las salas están adornadas con unas esculturas y cuadros muy valiosos. Por todas partes está rodeada por unas calles y plazas acogedoras, donde se encuentras muchos monumentos de la época de barroco.
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