Esta antigua ciudad española pasma con la cantidad de sus curiosidades, y eso que la mayor parte de ellas son bien edificios viejos, bien centros culturales modernos, bien vedados de una belleza excepcional.
La curiosidad principal es el volcán Teide, al que la ciudad debe su nombre. Literalmente se puede traducirlo como “montaña nevada”, así la llamaron los primeros habitantes por el aspecto incomparable de las cumbres nevadas de Teide. En la zona premontañosa se ubica el parque nacional Las Cañas del Teide. El paisaje recuerda cuadros de la película sobre la Luna, las mismas peñas aireadas y torrentes de lava helada, son sólo las plantas particulares que atribuyen a este sitio un aspecto más o menos “terrestre”.
El monumento más conocido de la época antigua son las pirámides Güimar, situadas en la parte este de la ciudad. La predestinación de estas construcciones permanece un enigma.
El complejo de diversiones más conocido es el Loro Park, donde hay un enorme acuario, jardín botánico, zoo y múltiples atracciones divertidas para los más pequeños. Los huéspedes del parque pueden pasear por el túnel de tiburones, ver actuaciones de golfines, visitar la cueva de murciélagos y observar los loros más grandes en el mundo volar arriba. Otro vedado remarcable es el Parque de Águilas, aquí hay más de quinientas especies de animales salvajes y aves, se puede disfrutar aquí de una representación inolvidable, preparada por las mismas águilas. Les encantará a los amantes de construcciones antiguas la excursión por el castillo San Miguel, cada día se dan aquí torneos de caballeros, los ganadores se escogen por los espectadores.
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