Los ciudadanos son cumplidores de las leyes, excepto los hinchas de fútbol y los amantes de los coches. Así, los ciudadanos de Copenhague son muy conzienzudos en lo que se refiere al pago de los impuestos, son muy tolerantes en arreglar todos los papeles y no ponen duda a la realización de formalidades necesarias. Al mismo tiempo, en el habla los ciudadanos son muy emocionales y apasionados, su punto principal es la libertad, ellos son caprichosos y tienen un gran sentimiento de dignidad propia.
El vecindario siempre reivindica sus derechos, pero en diferentes aspectos de la vida puede comportarse de una manera especial. Así, la persona que atropelló la justicia, se considera enferma mental. En vez de estar en la carcel los transgresores de la ley deben curarse en los hospitales locales. Los ciudadanos se destacan por su miedo cerval a la soledad, por eso en la ciudad hay una masa de clubs según los intereses, donde la gente puede descansar con sus amigos y pasarlo bien. Los ciudadanos guardan con mucho respeto las tradiciones de sus antepasados, cuidan los monumentos históricos y nunca hablan del pasado negativamente.
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